P-144 - METÁSTASIS CEREBRALES EN EL HEPATOCARCINOMA: UN DESAFÍO DIAGNÓSTICO Y TERAPÉUTICO
Hospital Universitario Cruces, Barakaldo, España.
Introducción: A pesar de que las metástasis cerebrales representan el tipo más frecuente de tumor intracraneal, las derivadas del hepatocarcinoma son infrecuentes, con una incidencia que podría estar en aumento derivada de las mejoras en el tratamiento del hepatocarcinoma.
Caso clínico: Paciente varón de 75 años con antecedentes personales de hepatocarcinoma BCLC-B Recurrente, remitido a nuestras consultas por bultoma en región parietal derecha, de rápido crecimiento durante el último mes. No presentaba clínica neurológica asociada. En pruebas complementarias se objetivó una lesión intracraneal que inicialmente se interpretó como meningioma. Se realizó una exéresis completa, siendo el resultado de la biopsia compatible con metástasis de hepatocarcinoma.
Discusión: Existe escasa bibliografía y son pocos los casos reportados de metástasis intracraneales secundarias a hepatocarcinoma. La mayoría de los pacientes son hombres, y los factores de riesgo para su desarrollo son la existencia de enfermedad hepática avanzada (medida con la clasificación de Child-Pugh) o el nivel de alfa-fetoproteína en sangre. La mayoría (70%) presentan de forma concomitante metástasis pulmonares, como se objetivó en el seguimiento en nuestro paciente. Con respecto al tratamiento, se ha descrito un aumento estadísticamente significativo de la supervivencia en aquellos pacientes que recibían radioterapia de forma adyuvante tras una resección quirúrgica respecto a los que únicamente eran sometidos a radiocirugía. No obstante, la morbimortalidad está condicionada por su función hepática, la presencia de metástasis a distancia y el número de metástasis intracraneales. Las metástasis cerebrales por hepatocarcinoma son raras, aunque su incidencia podría estar en aumento debido a mejoras en el tratamiento. Suelen afectar a varones con enfermedad hepática avanzada y metástasis pulmonares concomitantes. La resección quirúrgica seguida de radioterapia mejora la supervivencia, aunque el pronóstico sigue siendo limitado, con una media de 3 meses desde el diagnóstico.