Objetivos: Valorar retrospectivamente el posible beneficio que supone la implantación del estimulador medular al disminuir número de ingresos, la estancia media hospitalaria debido a ataques anginosos y la mejoría clínica de cada paciente.

Material y métodos: Se revisa retrospectivamente la disminución de los ingresos hospitalarios un año antes y un año después de la implantación del estimulador, la estancia media después de la cirugía, las complicaciones las escalas funcionales, la disminución de medicación.

Resultados: En total se implantaron un 12 neuroestimuladores para el tratamiento de la angina refractaria. Se retiraron dos dispositivos, uno fue retirado durante el primer año y otro después del año de la cirugía. Durante el primer año postimplante se observó una disminución del 89% en los ingresos por dolor anginosos. El 63,6% de los pacientes no requirieron ingreso. Se observó una mejoría clínica y funcional con la disminución de 2 puntos en la clasificación del de la Sociedad Canadiense de Cardiología así como la disminución en el consumo de vasodilatadores vía oral (nitroglicerina).

Conclusiones: La neuroestimulación espinal para el dolor anginoso intratable disminuye los ingresos hospitalarios por dolor durante el primer año post implante y mejora el estado funcional de los pacientes.