Objetivos: La craneoplastia con colgajo óseo propio supone las ventajas de ahorro económico, tejido del propio paciente y resultado cosmético ideal. Sin embargo, es frecuente tener que descartar el colgajo por contaminación por si ello lleva al desarrollo de una infección. Este trabajo tiene por objetivo estudiar la frecuencia con la que se producen dichas infecciones, determinar su relación con contaminación previa del colgajo y valorar otros posibles factores de riesgo para la infección.

Métodos: Se realizó una revisión retrospectiva de todas las craniectomías descompresivas realizadas en nuestro hospital terciario desde el 1/1/11 hasta el 31/12/15 y de manera prospectiva durante el año 2016. Se recogieron las variables sexo, edad, etiología de la descompresiva, contaminación o no del hueso en el momento inicial, número de cultivos positivos, microorganismo contaminante, tiempo transcurrido hasta craneoplastia, tipo de craneoplastia y si desarrolló infección posterior.

Resultados: Se revisaron un total de 124 craniectomías mayoritariamente por TCE. Con 68 craneoplastias en nuestro centro. La tasa de contaminación fue muy variable (10-67%) coincidiendo la más alta con un cambio en el procedimiento de cultivo. El microorganismo más frecuente fue P. acnes. A pesar de la alta frecuencia de contaminación sólo el 7´35% de las craneoplastias desarrolló infección. El análisis multivariable no mostró significación estadística y el estudio económico mostró importante ahorro con esta técnica.

Conclusiones: La tasa de contaminación de colgajo óseo ha demostrado ser muy variable y se puede ver claramente influenciada por simples cambios en el protocolo de procesamiento de la muestra. A pesar de una alta tasa de contaminación, el porcentaje de infecciones ha sido muy bajo lo que nos debe hacer reevaluar nuestra actitud a la hora de descartar el colgajo y valorar esta opción dadas las ventajas de este procedimiento sobre otras opciones.